Como el universo mismo los métodos energéticos tienen que cambiar cuando cambiamos de ciclo o era, sol, como le queramos llamar. Es innegable que este cambio se está dando y que métodos que anteriormente eran realmente efectivos han empezado a disminuir su eficacia para dar paso a métodos nuevos que pertenecen al conocimiento antiguo que está regresando. Así la percepción que teníamos de nosotros mismos se abre de una dualidad, cuerpo y espíritu, consciente e inconsciente a nuevas variantes. La tradición mexicana siempre manejo la base cuatro como el orden cósmico. Ahora por mucho tiempo permaneció escondido cuáles son esas 4 partes equivalentes al sol o la luna, que a pesar de ser uno aquí los vemos como cuatro distintos, de acuerdo a la fase o tiempo del día.
Igualmente nosotros tenemos nuestro cuerpo físico, nuestra energía que está divida a su vez en tonal pensamientos, nahual, cuerpo del sueño, ihiyotl, fuerza de vida y teyolia (especie de alma). Durante mucho tiempo se pensó que esto era todo. Pero la celebración más importante de los antiguos mexicanos son los pasos cenitales donde por 3 minutos no hay sombra y de allí los pocos que conocen brincaban a otra sombra para moverse de inconsciente, dejando claramente que, como el sol nocturno o la luna nueva, la sombra es nuestra tercera parte, y la cuarta todavía más obvia en el nombre de las esencias o dioses como espejos humeantes y demostrando la importancia del reflejo, exactamente como la luna llena que es el reflejo del sol.
Todo este conocimiento unido te lleva a que, guiados por la luna, trabajar la sombra para que se quede todas nuestras deudas y problemas, la energía alineándola hacia una nueva situación, que como la luna llena debe darnos un nuevo reflejo potencializando nuestra abundancia y que debe aterrizar en nuestro físico y la tierra.
Un curso novedoso más allá de cualquier otro método y que está cambiando la vida de los pocos que lo conocemos. Definitivamente pioneros en el futuro de la energía.